Estas convivencias también se realizaban durante las fiestas del pueblo, mayordomías, matrimonios, bautizos y velorios de “angelitos”, en estas fiestas se dejaba escuchar el violín que tocaba don Romualdo Arciniega y Rafael Liborio. Un golpeteo llamaba la atención, pues también se bailaba en la artesa, la cual era de madera, como una canoa y tenía una cabeza de toro y una cola y no la bailaba cualquiera, nada más quienes sabían dominar el arte del zapateo, como Paula Gallardo, Antonia Santos, María Carmona y una señora de La Luz, Tututepec, que se llamaba Felipa Mayoral. Eso lo sabemos gracias a Doña Carlota Lievano Rivas, quien guardo en su memoria tan entrañables recuerdos.

La música es el resultado de las cuecas chilenas con el son mexicano, bailes y danzas tribales africanas traídas por los esclavos negros, la abuela Leodegaria Narváez y Don Alfonso Gómez contaban que la artesa era un baile de negros que se hacía en las casas particulares y los bailarines eran Don Vicente Salinas y Doña Juana Calleja. Doña Tomasa Rodríguez González abre sus memorias y recuerdos de su amor: Yo me casé con Basilio Figueroa, su familia también venía de Barrio Viejo, Él era hijo de Don Benito Figueroa. Recuerdo que antes bailaban en la artesa, en la casa de Macrino Serrano, que estaba frente a la capilla. Al día de Doña María Rivas continuá bailando la artesa y es testimonio viviente de lo que fue y es Río Grande, Oaxaca.