La celebración se divide en dos partes, la primera se lleva a cabo los días 1 y 2 de junio con la lavada, planchada y paseo de la ropa del santo patrón y la segunda etapa se realiza del 27 al 30 de junio, que son los días en que se realiza la “fiesta grande de San Pedro”, donde habrá retretas, desfile de carros alegóricos, paseo de flores y regada de frutas, baile de gala y lavada de ollas.

Los acuerdos comienzan en los primeros días del mes de mayo, cuando se reúnen los integrantes del patronato de San Pedro Apóstol, los mayordomos y las personas que son elegidas para apoyar en la organización de las fiestas, que como requisito tienen que ser católicos y mayores de edad.

Entre ellos acuerdan la fecha de la cortada de la madera, la palma, y la construcción de la enramada. Comúnmente entre el 11 y 13 de mayo se corta los otates (varas de madera resistente) que se ocuparan para hacer la enramada, según las creencias de los abuelos esto tenía que hacerse un día domingo y la fase lunar en luna nueva, para que la madera no se pique y aguante las lluvias del mes de junio.

El siguiente domingo se cortan las palmas, para esto se trasladan a las playas pertenecientes al municipio y ese mismo día se realiza la construcción de lo que nosotros llamamos como “parada de la enramada”. Anteriormente la enramada se construía en forma plana, pero a mediados de los años cincuenta se comenzó a construir en forma de kiosco; la primera enramada que se construyó de esa forma, fue cuando fungió como mayordoma la Sra. María Urbieta y fue diseñada por el Sr. José María Meléndez, originario del ejido Los Corazones; actualmente se sigue construyendo de esa misma forma.

Para la lavada de la ropa los preparativos comienzan desde el 31 de mayo con la elaboración de los alimentos y el pozol de cacao, que serán repartidos al día siguiente entre los asistentes al río. A las 2:00 am entra al templo de San Pedro la primera salve (rosario de aurora) y se comienzan a reunir las personas del patronato y mayordomos. La repartición de la ropa del santo y las bateas de madera, comienza a las 5:00 AM por parte de los mayordomos a los asistentes, los cuales acuden por fe y devoción. Terminado esto, la sociedad se dirige al rio acompañados por la música de flauta y tambor, en el trayecto pasan por casa de la familia Zárate, quienes por años se han encargado de regalar las hojas de amate y el limón, que son utilizados para blanquear la ropa.

Una vez en el río, las mujeres se disponen a lavar y almidonar la ropa, los varones lavan y limpian los candelabros, mientras otro grupo de personas reparten el frito de res con memelas y el pozol de cacao en jícaras de morro. La banda de música ameniza el día, mientras la gente espera que se seque la ropa y la llegada de los mayordomos.

Al atardecer cuando ya se ha secado la ropa, llegan los mayordomos por toda la gente que asistió al río y junto con ellos se dirigen a la enramada en casa de los mayordomos, donde se les sirve caldo de res como agradecimiento por su participación, anteriormente, utilizaban carretas para trasladar las bateas con la ropa del río hacia la casa de los mayordomos, esto era porque el lugar donde se llevaba a cabo la lavada estaba retirado de la población y al acercarse a la enramada, las mujeres tomaban sus bateas y se las colocaban en la cabeza, comenzaban a bailar los sones regionales y colocaban las bateas con ropa frente al altar de San Pedro.

Por la noche se lleva acabo el baile- velorio, en donde el pueblo luce sus mejores atuendos y bailan al ritmo de la marimba orquesta que anteriormente venía del vecino estado de Chiapas.

Por la mañana del dos de junio se reúne la población en la enramada, a las mujeres se les entrega una plancha de hierro con brazas al rojo vivo con la que plancharan la ropa del santo mientras los hombres ayudan a hacer las velas. Por la tarde se lleva a cabo el paseo, que inicia en casa de los mayordomos y finaliza en la iglesia donde será entregada la ropa, se recorren las princípiales calles de la población cargando las bateas adornadas con flores de framboyán y se exhiben los frontales.

Todo esto se hace con mucha fe y devoción, pues se tiene la creencia que lavar, planchar y pasear la ropa es un ritual totalmente sagrado. Terminado esto, se espera con ansias el 27 de junio con la fiesta grande de patrón San Pedro Apóstol.